Como Humanidad, estamos presenciando diversos avances científicos y tecnológicos a una velocidad vertiginosa, probablemente, inédita. Es tanto el nivel de información que nos cuesta estar al día de las novedades y nos impresionamos apenas cuando se trata de noticias muy reveladoras.
Sin embargo, desde no hace mucho tiempo, han aparecido distintos comunicadores científicos que nos ayudan a entender, en un lenguaje más coloquial, esos descubrimientos y nos introducen, mediante conceptos técnicos, a algunos de esos hitos. Uno de ellos es la primera imagen del agujero negro que fue obtenida por el proyecto Telescopio Horizonte de Eventos (EHT por sus siglas en inglés) hace un par de años, como también el que está en el centro de nuestra galaxia hace unas semanas.
En el campo de la Astronomía, los estudiantes nos formamos con bases físicas y matemáticas que, de por sí, son un par de cursos que cuesta entender incluso en el colegio. A medida que avanzamos en nuestra carrera, vamos creando una especie de burbuja, donde se habla en un idioma propio. Eso hace a la Ciencia una rama -en apariencia- poco accesible, en un país donde además hay pocas instancias para compartir esos conocimientos con público general. A pesar de eso, algunos tomamos la decisión de romper ese círculo y tomar el desafío de explicar de manera más sencilla conceptos que parecen muy complejos.
A medida que hacemos divulgación científica, nos vamos enfrentando con varios conceptos ya impuestos en la sociedad, tales como el llamado “terraplanismo”, la misma Astrología o las diferentes pseudociencias, las que en vez de ampliar nuestra manera de pensar, nos hacen creer cosas que no son ciertas y, peor aún, dan pie a la duda respecto a las ciencias exactas.
A pesar de las innumerables observaciones astronómicas desde diferentes telescopios espaciales, -uno de los más famosos, el Telescopio Espacial Hubble (HST, por sus siglas en inglés) donde se constata la forma esférica que tienen los planetas del Sistema Solar- para algunos resulta más “fácil” creer que la Tierra es plana.
En general, mi diagnóstico es que no tenemos muchas instancias para poder entrenar nuestra comunicación y así enfrentarnos de mejor manera en un espacio público. La comunicación científica tiene un gran valor y cumple un rol muy importante en la sociedad, pues nos invita a aprender sobre distintas disciplinas, como también a alimentar el interés de incursionar en las distintas áreas del saber. Además, permite conocer cómo se va desarrollando nuestro entorno y el mundo en general. Y es que los avances tecnológicos son cada vez más frecuentes y no nos podemos quedar al margen de ello. Las primeras imágenes del Telescopio James Webb o de agujeros negros, sin duda, han posicionado el interés astronómico en la primera línea. Entonces, estamos en un momento clave para llevar la ciencia a lo más alto. ¿Qué esperamos?