¿Cuento o novela? Lo que buscan las editoriales

07.03.2024
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Una escritora y una editora se citan para tomar café frente a un parque. La editora es fan de la escritora y la escritora es fan de la editora. Todo pinta bien, y no hay timidez para declarar el mutuo interés de trabajar juntas, hasta que llega la pregunta: ¿Qué estás escribiendo?

La escritora responde orgullosa:
Un libro de cuentos

La cara de la editora forma una mueca, y lanza el amable rechazo con promesa de algo más:
En este momento no estamos publicando cuentos, pero cuando tengas una novela me encantaría trabajar contigo.

Trazar el camino autoral y construir una carrera como escritora tiene que ver tanto con las propias inquietudes creativas como con la oferta y demanda del mercado del libro. El binomio cuento/novela forma una de las preguntas más repetidas de la literatura. Pero, ¿cuál es la diferencia? 

Desde el oficio, tiene que ver con la extensión de las páginas. Un cuento es por definición un texto breve, sin embargo, esta “brevedad” es discutida, pues hay cuentos de una página y de más de cien. La extensión, a mi entender, refiere también a lo acotado de la historia narrada. Una novela puede extenderse sobre todo el universo de, por ejemplo, una cafetería: sus dueños, empleados, clientes, las minucias de la construcción, su relación con la ciudad, mientras el cuento puede narrar una situación puntual de ese universo: la despedida de dos ex pololos frente a un café y una torta.

Ahora, ¿por qué una cosa vende más o mejor que la otra? ¿Es porque una novela es -supuestamente- más exigente que un cuento?

En realidad responden a distintas intensidades de escritura. Por ejemplo Borges jamás escribió una novela, y es todo lo contrario a lo que podríamos considerar un escritor “menor”. Supongo que la respuesta de por qué las editoriales buscan novelas es obvia: porque venden más. 

Actualmente enfrento este conflicto como escritora. Con tres libros publicados y diez años en la escena, pretendo consolidarme como narradora. Tengo dos proyectos, dos posibles caminos para esto, y uno de ellos es un libro de cuentos que continúa las historias y escenarios de Reinos, mi primer libro, recientemente reeditado. Mi segunda novela está aún en ciernes, en un momento inicial, donde existe un borrador con una estructura y tres capítulos escritos. Pero, mayormente, está en la cabeza. En ese lugar tan irreal. ¿A cuál proyecto le dedico mi tiempo?

Por la respuesta de la editora, la respuesta debería ser obvia: terminar la novela y guardar el libro de cuentos.

Pero de acuerdo a mi realidad, debería terminar el libro de cuentos, pues le falta mucho menos. Y tener un libro listo sin contrato de publicación es una pérdida para una escritora. 

Es evidente que las editoriales se interesan por publicar cuentos, sin embargo, la venta de cualquier libro requiere una estrategia. Cuento o novela, debe ser un libro terminado a la hora de venderlo a una editorial, con el que sientas seguridad, que pueda defenderse por sí solo. Para buscar seriamente un contrato, debes tener al menos cien páginas escritas, sin faltas de ortografía. Es decir, un primer borrador impecable. Porque esos esperan las editoriales: proyectos terminados.

Escrito por

Romina Reyes Ayala es escritora. Escribe sobre relaciones de amor y amistad cruzadas por la -muchas veces- desalentadora realidad chilena. Las voces femeninas son su especialidad.

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