The Great Escape fue mi disco de entrada a Blur. Calculo que lo debo haber comprado varios meses después de su lanzamiento, ya en 1996, cuando yo tenía 14 años.
Ansiosa, a pesar de todavía no conocer mucho de ellos, aproveché de llevarme de inmediato su antecesor, Parklife. Ese era el tercer trabajo de los ingleses después de Leisure y Modern Life is Rubbish y, la verdad, al principio me costó enganchar, a pesar de en general ser divertido y liviano. Para mí, sacando a la canción que le da título al disco y a Girls and Boys de la ecuación, The Great Escape fue mucho más fácil. Me prendí enseguida con Country House, Charmless Man, Stereotypes o Best Days, y luego conecté profundamente con Parklife. Una de las razones principales fue To the End, que abría el lado B del cassette.
Cada uno puede asignarle un significado en particular a una canción, independiente de la inspiración que le dio origen, su letra o su música.
Un caso clásico es el de Every Breath you Take de The Police, que habitualmente hace pensar que trata de un amante incondicional, pendiente y dispuesto a todo por su objeto de deseo, pero claro, ya sabemos que Sting habla de un verdadero psicópata con la mirada atenta a su obsesión. Ese “I’ll be watching you” es literal. Es “te voy a estar mirando” más que un “te estaré cuidando”. Pero, ¿es relevante lo que realmente haya querido decir? Estoy convencida de que la interpretación que importa es la de quien escucha, porque su valor está en el efecto.
La verdad es que To the End trata de una relación que no logra superar los obstáculos que se le presentan, pero para mí sigue siendo lo que se instaló en mi cabeza la primera vez que la oí, más allá de la letra: el retrato de un amor que podría ser eterno, porque lo que ambos sienten los supera a ellos mismos.
Infatuated only with ourselves / Jusqu’à la fin / And neither of us can think straight anymore
La voz de la mujer que responde en francés es la de Laetitia Sadier, del grupo Stereolab, pero luego se grabó otra versión con nada más y nada menos que Françoise Hardy. Sumémosle a eso una orquesta con un singular vibráfono inaugural y las cuerdas más lindas, algo que en Blur habíamos escuchado antes brevemente y de manera más bien secundaria en For Tomorrow, y que en este disco se instala en canciones como Tracy Jacks, para más adelante regresar como parte de la esencia de uno de sus mayores éxitos: The Universal.
La interpretación de un bellísimo Damon Albarn, de sólo 26 años, emociona. Es apasionada, desbordada en su sentimiento, algo que en 2009 se hizo patente cuando siendo cabeza de cartel del festival de Glastonbury el vocalista se quebró al final de la canción, llorando mientras sus compañeros seguían tocando.
Well you and I / Collapsed in love
Me aferro a frases descontextualizadas que validan mi posición, pero el conmovedor desgarro de To the End me permite tener todas las interpretaciones que quiera. Si logré sentirlo cuando recién entraba a la adolescencia y se mantiene a mis 40, no puedo estar tan equivocada.
