Si antes la creación artística y cultural estaba reservada a unos pocos, hoy en día está al alcance de un click.
Gracias a las plataformas digitales, la economía de los creadores está permitiendo que todos podamos crear contenido y llegar con nuestras ideas a audiencias masivas. Pero no solo eso: con este modelo, ya no es tan descabellado pensar en la idea de vivir del contenido publicado en redes sociales.
Pensemos en el legado cultural y artístico que dejó el Imperio Romano, ahora que se ha puesto de moda hablar de él gracias al famoso trend de Tik Tok: esculturas -como la Venus de Milo- que representaban a emperadores y dioses; obras arquitectónicas sólidas -como el Coliseo o el Panteón- que albergaron parte de la vida pública y generaron un precedente en la construcción e ingeniería; libros -como la Eneida de Virgilio- que dejaron su huella en la historia de la literatura y pensamiento occidental.
Pero en sus más de 500 años, las grandes creaciones artísticas eran monopolio de unos pocos. Con un fuerte componente de élite, las obras a menudo eran encargadas por emperadores, nobles y la alta sociedad romana, limitando el acceso a la creación solo a un grupo selecto de personas influyentes y artistas reconocidos.
Y es que ese flujo creativo ya no se limita a un grupo pequeño, sino que -en la era digital- se ha convertido en un motor al que todos podemos echar mano. Porque hoy en día cualquier persona con acceso a Internet y un smartphone puede desplegar su creatividad, generando contenido en diversas áreas para audiencias masivas.
Según información de la compañía de inversión en startups Signal Fire, ya en 2021 más de 50 millones de personas en el mundo se consideraban creadoras de contenido. Y ese número ha crecido exponencialmente. De acuerdo a datos de la empresa Adobe, actualmente 1 de cada 4 personas en el mundo contribuyen a los espacios online con sus productos digitales, ya sea mediante fotos, videos o textos. Esto quiere decir que ya no es necesario tener un mecenas, ni grandes presupuestos o redes de contacto para atreverse a crear y compartir el contenido que nos moviliza. En el mundo digital, la creatividad está al alcance de todos.
Así es como ha surgido un nuevo modelo económico que pone al centro a las personas que desarrollan contenido en redes: la creator economy. Un sistema que permite monetizar el trabajo creativo a partir de la posibilidad de entregar esos proyectos a audiencias más amplias y diversas, y que ha ido en constante crecimiento.
La inversión realizada en este sector en Chile casi se quintuplicó durante el periodo comprendido entre 2017 y 2022, llegando a situarse por encima de los 33,8 millones de dólares ese último año. El gasto en este tipo de acciones publicitarias seguirá incrementándose y, de cumplirse las proyecciones realizadas por la plataforma, podría rebasar la barrera de los 60 millones de dólares en 2026.
Utilizando diversas plataformas como Instagram, Tik Tok, X, Linkedin, Patreon e incluso Only Fans, quienes publican sus contenidos pueden monetizarlo con el patrocinio de marcas, suscripciones de pago, canales de difusión, ventas digitales y merchandising o encuentros de comunidades.
Sin embargo, aunque esto se trata de una excelente oportunidad para generar ingresos económicos, muchos ni siquiera están pensando en sus finanzas cuando comparten contenido: de hecho, menos de un tercio lo hace por razones monetarias. Por el contrario, expresarse a sí mismos, hacer algo entretenido y explorar alguna de sus pasiones e intereses son parte de las motivaciones para involucrarse en este tipo de actividades.
Ese impacto es tal que, incluso, Adobe afirma que compartir contenido se ha transformado en una especie de boost para mejorar la salud mental de los creadores y creadoras, contrastando con el resto de la población, que tiene tasas más altas de depresión en función de la cantidad de horas frente a la pantalla. Aquí sucede lo opuesto: mientras las personas pasan más tiempo creando y posteando contenido, sus reportes de positividad son más altos. “Crear contenido diariamente en redes sociales impulsa tanto la felicidad, como ganar dinero”, dicen desde Adobe.
Así también lo sostiene el informe Anatomy of Creator desarrollado por The Tilt, un newsletter que busca entregar herramientas educativas para que creadores de contenido puedan profesionalizar y construir negocios digitales exitosos. Y es que, con más de mil encuestas a creadores realizadas durante el primer trimestre de 2023, se indica que este tipo de profesionales quieren independencia y mejorar su calidad de vida, y sobre todo hacer algo que les importa.
La gran mayoría de los creadores -dice el reporte- no son celebridades, sino por el contrario, tienen comunidades reducidas de seguidores, con una mediana de 4k. Es por eso que ellos y ellas buscan conectar con esas necesidades, entregando contenido de valor e inspirador a sus audiencias. “La mayoría de los creadores de contenido no aspiran a crear algo grande, empresas de medios llamativas con una audiencia de millones. Son emprendedores, pero no están interesados en enriquecerse. Están impulsados por la pasión, pero se sienten convencidos de que dirigen un negocio y que esto no es un pasatiempo”.
Y es que quienes apuntan a explotar la dimensión comercial de las redes sociales, actualmente están en una excelente posición, considerando, por ejemplo, las nuevas herramientas que las plataformas han habilitado para ayudar a las personas a monetizar sus contenidos. A fines de 2022, Instagram abrió una opción de suscripciones para que los seguidores de los creadores puedan interactuar de manera más directa con ellos y acceder a contenido exclusivo a cambio de un pago mensual. Todo con el objetivo de “empezar a ganar dinero a través del apoyo de los fans”. Lo mismo ha hecho Tik Tok con sus suscripciones Live, que incluyen transmisiones en vivo exclusivas solo para seguidores de pago, al igual que emojis personalizados, chats y videos exclusivos dirigidos a esta audiencia.
Con toda esta red articulada, actualmente un 45% de los creadores que dedican gran parte de su tiempo a este negocio, indican que éste se ha transformado en su principal fuente de ingresos. Pero, ¿cuánto pueden llegar a recibir en términos monetarios? Si bien es relativo a la cantidad de horas que dediquen a la generación de contenidos, en 2022, se estima que ganaron aproximadamente $86.000 dólares, lo que sería un sueldo, mensual, de 6 millones y medio de pesos chilenos.
Así, desde influencers a streamers, hasta blogueros y personas expertas en diversas disciplinas; coexisten en una red que parece estar en un auge en términos monetarios. Para seguir llevando esto al siguiente nivel, dicen desde Linktree, hay algunas acciones que se pueden aplicar:
- Buscar audiencias de calidad por sobre cantidad: En vez de buscar más seguidores o tener asociaciones con grandes marcas, es mejor enfocarse en hacer crecer la comunidad actual y generar ingresos con personas comprometidas, que aprecian el trabajo.
- Invertir en la creación de contenido de nicho: Es mejor especializarse en contenido específico para lograr diferenciarse de la masa de creadores que actualmente existen en el mundo digital. Así se puede conectar con una audiencia orgánica e interesada en lo que se muestra.
- Ampliar canales y tipos de formato: Es mejor centrarse en plataformas emergentes como Tik Tok o Twich que apelar a las ya conocidas Instagram, X o Facebook. Es ahí donde existen más oportunidades para que los nuevos creadores encuentren sus nichos, aunque siempre es clave diversificar plataformas para hablar con las audiencias de manera más directa.