Muchas personas piensan que los paseos con sus perros son un deber más. Un simple ticket dentro de una lista, con el objetivo de “cumplir” con las tareas del día y ser así parte del grupo de tutores que sacan a sus mascotas a caminar al parque. ¿Pero cuál es el verdadero norte o dirección de estas actividades? ¿Es beneficioso para nuestro perro, nuestra agenda o para ambos?
La capacidad olfativa de los perros es de aproximadamente unas 50 veces superior a la de los seres humanos. Y es que el hombre tiene unos 5 millones de células olfativas, mientras el perro alrededor de 250 millones. Con ese dato en mente, está claro que los paseos, entonces, son un gran momento para que los cerebros de nuestros perros trabajen sin parar. En cada pedacito de pasto, o en cada esquina, ellos sacan información a partir de su olfato, como si ese simple gesto, fuese un mensaje de WhatsApp sin leer, o un artículo del diario con noticias y datos nuevos. Oliendo otras orinas, o fecas, pueden comunicarse con otros perros y obtener referencias de los lugares dónde se sitúan.
Además, los perros aunque vivan en departamentos, piezas, casas o parcelas, necesitan gastar energía. Y para eso, salir de paseo con sus tutores u otras personas de la casa, es clave. Además de activar la circulación sanguínea, el paseo aumenta la oxigenación y libera endorfinas; y hormonas y neurotransmisores de bienestar como la serotonina o dopamina.
Es por eso que, al momento de llevarlo a cabo, debemos pensar en herramientas y estrategias para que salga bien. Y es que para las personas, el paseo también puede ser un buen ejercicio al movilizarnos a caminar por un par de cuadras. Nos saca de la rutina, y nos hace conectarnos con la naturaleza. Al igual que lo que pasa con nuestros cachorros, nosotros también botamos estrés en esas instancias. Sin embargo, si vamos chateando por WhatsApp o conversando por celular, ese potencial se pierde.
¿Cómo hacer que el paseo se transforme en un momento especial?
- Deja tu celular en silencio o simplemente no lo lleves: Es muy importante considerar que el paseo es una conversación con tu perro. No solo se suple su necesidad literal de ‘ir al baño’, sino que también de vinculación entre ambos. Aprovéchala.
- No uses collar de ningún tipo: No solo daña la relación, sino que además no se tiene la comunicación adecuada para que el perro descanse. Esto es porque el cuello es una zona de activación donde se tienden a incrementar algunas conductas. Idealmente se debe preferir el arnés en H o con enganche frontal (pecho) para abarcar todo el cuerpo. En esa línea, recomiendo usar una correa larga para darle longitud de movimiento, aunque en la ciudad puedes ir acortando esa correa si ves que el espacio es transitado.
- Dale una estructura a tu paseo: Hazlo como quien inicia una conversación con un amigo en un café. Primero, se toman el café, luego se ponen al día y posteriormente se sueltan. Así, lleva a tu perro por la ciudad con la correa un poco más corta. Si van en destino al parque, sueltala un poco y deja que olfatee. En caso de estar bien socializado, puedes soltarlo, pero no es necesario. Tu perro no será más o menos feliz si lo sueltas. Recuerda siempre respetar el espacio de otro.
- Crea rutinas: A no todos los perros les gusta jugar con otros o socializar. Algunos sólo quieren caminar y olfatear en sus paseos. Trata de respetar el espacio de los demás y siempre pregunta antes de acercarte a otros cachorros. En esa línea, intenta reforzar o premiar todas las conductas que tu perro haga de manera correcta, y no lo apures, porque el paseo es para que él se relaje. Y lo más importante: lleva bolsas para recoger sus fecas.